Ya en el siglo XXI estamos acostumbrados a que todo el trabajo que tenemos que realizar se haga de forma prácticamente automática. Lo mismo sucede con el sellado de documentos. Con la aparición de los sellos automáticos se ha hecho el trabajo más fácil y ahora la gran mayoría de las personas hacen uso de dichos cuños para estampar imágenes en dónde lo necesiten.
Pero antes de estos sellos automáticos existían otros sellos, los sellos manuales, que a pesar de llevarnos un poco más de tiempo a la hora de trabajar con muchos documentos no suponen ninguna dificultad. Es más, hay algunas personas que necesitan de éstos y no de los automáticos para poder llevar a cabo las funciones de sellado.
Entonces, ¿qué sello necesito? ¿Uno automático o uno manual? Veamos las diferencias entre unos y otros y así podrás darte cuenta de cuál es el más apropiado para ti.
Sellos manuales
Fueron los primeros en aparecer, los “clásicos”, y quizás por ello no tengan muchas ventajas frente a los automáticos. No obstante eso no significa que no tengan ninguna que merezca ser destacada y que pueda ganar muchos adeptos.
- La tinta que se utiliza no es cara
- Fácil de limpiar una vez se ha terminado de utilizar
- La matriz puede tener la imagen que quieras y de un tamaño considerable
Claro que tiene contras como que tendrás que entintar la matriz cada vez que quieras sellar un papel. Además de que, a diferencia de los sellos automáticos con motivos móviles, sólo disponen de una imagen que puede ser impresa sobre el papel.
Sellos automáticos
Éstos vinieron después y buscaron tener lo que no tenían los manuales. Los sellos automáticos nos permiten realizar un volumen de trabajo mucho mayor haciendo simplemente una única acción para estampar: hacer presión para que la tinta llegue a la matriz y al papel.
Las ventajas que tienen estos sellos son:
- Sellado sencillo
- Depósito de tinta que puede sustituirse fácilmente
- Motivos móviles (en fechadores y numeradores)
- Perfectos para realizar muchos sellos en poco tiempo
Lo mejor de estos sellos está en que no necesitas mojar en tinta la matriz cada vez que la vas a utilizar, pues la tinta está en el depósito y se gencarga de mojarlo cada vez que lo utilizas. También están los sellos fechadores y numeradores automáticos, que se encargan de mover automáticamente al número siguiente para poder trabajar con números consecutivos fácilmente.
Pero también tienen sus desventajas. Los depósitos de tinta no son tan económicos como la tinta que se utiliza en los sellos manuales. Además de que si no utilizas los sellos durante mucho tiempo la tinta se seca y tendrás que cambiarla.
El mantenimiento que se les puede hacer a estos cuños es prácticamente nulo. El acceso a la matriz es muy complicado como para poder limpiarla, de forma que la misma tendrá una vida útil mucho menor que los sellos manuales.
Como puedes ver, los sellos automáticos son muy útiles cuando tienes muchos documentos en los que estampar una imagen, una fecha o una serie de números. Sin embargo su coste es más elevado, y es posible que se rompan antes que un sello manual. Por el contrario prestan la posibilidad de hacer uso de motivos móviles y poder utilizar distintas imágenes en un mismo sello.
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